Le nettoyage est l’une des tâches les plus fastidieuses qui nous touchent dans notre maison et il y a des endroits qui sont plus compliqués à nettoyer que d’autres comme la salle de bain. La salle de bain est un endroit où nous passons tous du temps à nous désinfecter et à répondre à nos besoins biologiques et les deux choses rendent l’espace très habité et ont un impact au fil du temps.
C’est pourquoi il est super important de nettoyer cet espace et nous allons généralement d’ici à là à la hâte ou ne nettoyons que certains endroits, en oublions d’autres et avons certaines habitudes et coutumes gênantes pour la salle de bain elle-même en tant qu’espace et aussi pour notre propre hygiène.
C’est pourquoi, dans l’article d’aujourd’hui, nous rassemblons quelques mauvaises habitudes que nous avons l’habitude de prendre et qu’il est important de reconnaître afin d’éradiquer et ainsi d’avoir une vie plus saine et une salle de bain plus propre et plus belle.
1- Laisser les serviettes mouillées

Les serviettes humides sont les plus courantes dans les salles de bain, l’avez-vous vu dans votre maison? C’est assez courant parce que lorsque nous quittons la douche, nous la séchons et la jetons sur le sol ou nous pouvons l’accrocher puis tomber au sol avec le passage des jours ou une mauvaise utilisation.
Que les serviettes soient mouillées sur notre sol est quelque chose d’gênant pour plusieurs raisons: principalement parce que si vous voulez réutiliser cette serviette le lendemain, vous ne pourrez pas le faire parce qu’elle est encore humide et aussi parce qu’elle peut générer des champignons sur le tissu et le sol avec lequel elle est en contact et cela dérive dans des conflits majeurs de santé et d’hygiène.
2- Olvidar higienizar la ducha

La ducha es el lugar donde nos bañamos y donde nos higienizamos todos los días. Este sitio si bien tiene contacto reiterado con agua limpia, con shampoo, con crema de enjuague y con jabón, pues también tiene contacto con nuestra suciedad y con la suciedad que hay en el aire cuando nos estamos allí.
Si bien ahí nos limpiamos, el espacio puede que no esté del todo limpio -y que ni nos demos cuenta- por eso es importante que nos tomemos el trabajo de higienizar la ducha con productos desinfectantes, anti bacterianos y desengrasantes para poder disfrutar de una buena y limpia ducha.
3- Limpiar con el mismo paño siempre

La limpieza del baño es una tarea ardua y por lo tanto debes limpiar, fregar y enjuagar. Cuando nos toca fregar y pasar el objeto que usemos -ya sea un paño o una esponja- debemos pensar bien en darle un solo uso a este objeto o en adquirir un objeto de una sola duración.
Lo mejor para higienizar tu baño son las toallitas desinfectantes pues las usas y las desechas y además vienen con productos ya anti bacterianos y desengrasantes por lo cual ahorras en producto y te aseguras de no seguir moviendo los gérmenes de un lado a otro.
4- Olvidarnos de la limpieza de azulejos

Los azulejos son un foco de grasa y suciedades diversas en el baño pues con el vapor suelen quedar marcas por todos lados y al secarse estas marcas se notan con mayor acentuación. Es por ello que también debes recordar limpiar los azulejos.
La forma más efectiva de limpiar los azulejos es aplicando con un pulverizador algún producto desinfectante sobre los mismos y pasar con un paño y fregar hasta que queden limpios y relucientes.
5- No utilizar alfombra para la salida del baño

Al salir de la ducha es importante tener una alfombra o un paño específico para esto pues por varios motivos: uno de ellos es para que no te enfríes, para que tengas contacto directo con algo cómodo, caliente y reconfortante. Y otro de ellos es para que no manches el piso con agua ni lo arruines.
Es por ello que es recomendable elegir una tela suave que sea de tu agrado y que puedas pisar con comodidad una vez que sales de allí, de esta manera también protegerás el piso y no tendrás que andar limpiándolo cada vez que decidas ducharte.
6- Dejar de lado la limpieza del techo

El techo del baño no es de azulejos, suele estar pintado con pintura especial para tener contacto con la humedad y con el agua, pero aún así muchas veces sucede que el agua traspasa esa capa de pintura generando así diferentes tipos de hongos o moho.
Para evitar esto es importante que prestes atención todos los días a esto y que 1 vez por semana o cada 10 días rocíes con lavandina diluida con agua el techo de tu baño. Lo puedes hacer con un pulverizador o con un trapo. De esta manera protegerás el techo y evitarás que se acumulen posibles futuros problemas.